sábado, 27 de outubro de 2018

Luces de Bohemia de Ramón del Valle-Inclán




Nació el 28 de octubre de 1866 en Villanueva de Arosa, Pontevedra.

Bajo presión de su padre cursa estudios de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, pero tras su muerte y un breve paso por Madrid, los abandona y viaja a México, donde fue periodista en El Correo Español y El Universal. Regresó a Madrid como funcionario del Estado, en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y llevó una vida bohemia de la que se cuentan muchas anécdotas. En 1899 y durante una disputa con un amigo recibe un bastonazo en la muñeca que le provoca la pérdida del brazo izquierdo.

Asiduo de varias tertulias madrileñas, se relaciona con figuras como Gómez Carrillo, Pío Baroja, Azorín, Francisco Villaespesa y Jacinto Benavente entre otros. Asiste a los cafés de Fornos, el Suizo, el Café del Príncipe, el Café de Madrid, el Café de El Gato Negro, y la terraza del Café Gijón.

Formó parte de la corriente literaria denominada Modernismo y en sus últimas obras se aproxima a la denominada Generación del 98. Su primer título fue Femeninas (1895), al que siguieron obras como Flor de santidad, de 1904, la poesía de Aromas de leyenda, de 1907, y las cuatro Sonatas (de otoño, estío, primavera y verano), aparecidas entre 1902 y 1905, y biografía del marqués de Bradomín.

En 1907 contrajo matrimonio con la actriz Josefina Blanco, y edita la primera de sus llamadas comedias bárbaras, Águila de blasón, a la que siguió Romance de lobos, de 1908.

En el año 1916 Ramón del Valle-Inclán visitó el frente francés en la I Guerra Mundial, y en 1922 volvió a México. En Cara de plata, (1922), tercer volumen de esta trilogía teatral, vuelve a la crítica social, como también ocurre en sus tres novelas ambientadas en la guerra carlista, Los cruzados de la causa, de 1908; El resplandor de la hoguera, de 1909, y Gerifaltes de antaño, de 1909. En las obras dramáticas Cuento de abril, de 1910, y La marquesa Rosalinda, de 1913, regresa a el modernismo. Lo mismo que en Voces de gesta, de 1911. Su segundo viaje a México también le inspiró la escritura de Tirano Banderas, publicada en 1926, y considerada su mejor obra.

 Luces de bohemia, su obra teatral de 1920, estableció una estética de lo feo, con un expresionismo caricaturesco que él mismo denomina "del héroe reflejado en el espejo cóncavo" y que llamará esperpento. Los cuernos de don Friolera, de 1921, y Las galas del difunto, 1926, inciden en esta estética, mientras que en Divinas palabras, de 1920, la virtud de la palabra sagrada se impone a las pasiones carnales. Valle-Inclán escribió más adelante La corte de los milagros, 1927, Viva mi dueño, 1928 y Baza de espadas, que apareció póstumamente.

Proclamada la República en 1931, fue nombrado presidente del Ateneo de Madrid; un año después, conservador del Tesoro Artístico Nacional y Director de la Escuela de Bellas Artes de Roma.

Ramón del Valle-Inclán regresó a Galicia falleciendo el 5 de enero de 1936 en Santiago de Compostela.

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